miércoles, 28 de octubre de 2009

Simbolismo en los números


La utilización simbólica de los números tiene raíces muy antiguas. El origen de esta utilización del número se debe a que en hebreo y griego cada letra y número tenía su significado y posición, en concreto en hebreo sería la kabbala y en griego la isosefia, dando lugar ambas a la gematria.

Vamos a desarrollar el significado de algunos de los números, extraídos del "Tratado de Iconografía" Juan Francisco Esteban Lorente. Así:

  • 1: No fué considerado como número. Es el principio indivisible, el ser, la esencia. Se representaba como "A".
  • 2: Los pitagóricos lo consideraban el primer número que surge de la unidad. Es lo femenino.
  • 3: Triada. Lo masculino. La justicia. Triplicidad de la unidad.
  • 4: El cuadrado, cubo. Tierra material, planeta. Figura estable, dios inmutable.
  • 5: Pentalfa. Símbolo de la salud. En hebreo es la letra "h". La perfección humana.
  • 6: Estrella de David o Sello de Salomón. La sabiduría. Unión del padre y madre (2x3). En kabbala su triplicidad es lo opuesto a dios (666).
  • 7: Número cósmico. Unión del cielo y tierra. Hay grandes referencias al 7. Así por ejemplo en la antigüedad fué Diana; en el cristianismo era la Virgen María.
  • 8: Estrella octogonal. Transición y regeneración. Próximo al círculo.
  • 9: Triplicidad de lo triple. Número de las musas. Cuadratura del círculo al igual que el siete.
  • 10: Número perfecto. Dios. Armonía total.
  • 12: Ciclo completo del año (3x4). Orden cósmico.
  • 26: Número de dios en hebreo.
  • 30: Número de la Trinidad (3x10)
  • 40: Cuarentena. Tiempo de espera.
  • 50: Pentecostés. Cristianismo heredado del judaísmo.
  • 100: Símbolo de la perfección de Dios (10x10)
  • 643: Número de la Trinidad en griego.
  • 666: Apocalipsis. Número del anticristo.
  • 888: Nombre de Jesús en griego.
No son todos los que hay ni hay todos los que son...

lunes, 26 de octubre de 2009

Arquitectura e Iconografía



Según Vitruvio la Arquitectura es la Ciencia que debe ir acompañada de otros conocimientos y que se adquiere con la práctica y la teoría. Esta práctica y teoría son la conjunción de los términos: “lo significado y lo que significa”.

La Arquitectura no ha sido considerada como tal hasta bien pasados los siglos. Así en la Antigua Mesopotamia es el Dios Ningirsu quien inspira las ideas a Patesi Gudea para construir el Templo de Lagash; Jehová a Moises para el Arca de la Alianza; a David para el Templo de Jerusalén; a San Juan para las medidas de la Jerusalén Celeste; en el s.XII al Abad Suger por visión divina realiza las trazas de Saint-Denis.

En Egipto el faraón ejerce la arquitectura pero aparece la figura del arquitecto que recibe el nombre de “constructor de las obras reales” o “capataz de capataces”, como ejemplo tenemos a Herisé (IV Dinastía) que se hace representar con vara de medir, motivos geométricos y utensilios de escritura. También en época egipcia está Senmut.

En Grecia y Roma pasa de ser patrimonio de Dios y real para convertirse en una técnica especializada entre la ciencia pura y el oficio manual, propia de hombres libres pero servidores de los principales personajes. Ya ha pasado de Dios a su representante legal, una autoridad civil o eclesiástica.

En la Edad Media la Arquitectura no está considerada dentro de las Artes Liberales, pero ya el arquitecto quiere ser considerado en un estado social próximo a la aristocracia. Así hizo a la arquitectura especulativa de la geometría y las ciencias matemáticas. Y es en el siglo XII donde se realiza el ascenso y representación del arquitecto especulativo, como geómetra. Se le representa con escuadra, compás de la geometría y la vara de medir. Este ascenso del arquitecto se vio apoyado por la difusión de la figura de Dios-arquitecto en el siglo XIII y XIV, representado con el compás en el acto de la creación del mundo.

El arquitecto se precia de no trabajar con sus manos demostrándolo en representaciones con instrumentos especulativos y su familiaridad con las más altas jerarquías de la Edad Media y del Renacimiento. Muchos se precian de ser matemáticos, escultores o pintores antes que arquitectos, así Brunelleschi, Alberti, Herrera… Sin embargo los ingenieros militares renacentistas adquieren una consideración algo mayor y se representan con su maqueta y compás.

La distinta consideración de la maqueta del edificio y de su plano, iconografía, no es sólo, en estos momentos una cuestión artística, sino que sobre todo es una cuestión de consideración social.

Pero aún todavía en el siglo XVI, la “Idea” sigue siendo patrimonio de la autoridad a pesar que ya se esté formando la imagen del arquitecto. Y es que hasta el siglo XVIII serán los matemáticos quienes revisen o echen medidas de comprobación de las obras planificadas.

Y es que hasta entonces se representa como la Iconografía (término arquitectónico griego: “huella de la planta del pie”), como una mujer que tiene en la mano derecha una escuadra, una regla y un compás y en ese lado una brújula la cual pisa. En la mano izquierda una tabla que está pintada la planta de un palacio y una vara con medidas.

Será en la segunda mitad del siglo XVIII cuando se vea la iconografía como atributo de la Arquitectura y del arquitecto. Y es en la sociedad londinense donde se ejecute por primera vez la libertad del arquitecto.

En el último tercio del siglo XVIII se da un paso significativo iconográfico, pues la efigie de Vitruvio pasa a ser alegoría de la Arquitectura. Y posteriormente desaparecerá la figura alegórica y solo quedan presentes sus instrumentos.



Extraído del "Tratado de Iconografía" de Juan Francisco Esteban Lorente.