Me quedé dormida,
Sí, me quedé dormida, mientras tu me narrabas las historias que has vivido en esos paisajes lejanos.
Sí, estaba dormida, pero el sueño se entremezclaba con tus palabras y susurros; con el tacto de tus rodillas bajo mi cara; con las escenas que yo imaginaba en mi pensamiento.
Magnífico sueño el de ese día. Tristeza que acabara pronto; pero al abrir los ojos, mis labios volvieron a sonreir. Allí estabas tu, contándome esas aventuras vividas de viajes a tierras extrañas. Viajes que te acompañaba en sueños contados.
Granada. 27 de enero de 1999.
2 comentarios:
muy bonita e inspirarte poesía
Precioso texto.
Publicar un comentario